El texto que estás leyendo es la presentación del libro Dios y la meditación trascendental.
Es normal que quieras saber quién es el que escribe.
La formación pedagógica, doctrinal, filosófica, y quiénes fueron los maestros de la autora.
Comencé en este camino de la meditación de niña
Tan niña, que medito a partir de que tengo consciencia. Mi primer puente fue la naturaleza. He tenido la bendición de vivir en forma alterna entre la ciudad y el campo. Desde pequeñita me quedaba mirando las flores, los pajaritos y me elevaba a la meditación.
En uno de los primeros recuerdos infantiles, me veo sentada sobre la tranquera que daba al potrero, meditando.
Trifón se acercó. Como si adivinara lo que había en mi mente me dijo: —Que la naturaleza no te pierda y los sentidos no te engañen. No te quedes embelesada con los paisajes, ni con los carismas, mira hacia dentro de ti. Ahí, en tu interior, está el mundo, el sol, no lo busques afuera.
Así comencé, en contacto con la naturaleza y con un guía sorprendente, un ruso llamado Trifón, mis primeras experiencias de lo que es meditar.
Con Trifón como mi primer maestro, me inicie en la práctica de los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola (1) y los primeros trazos del El Eneagrama (2).
Pasaba horas escuchándolo, mientras me contaba las historias de los sacerdotes de la Compañía de Jesús sembrados por el mundo, y las aventuras de ese ejército de hombres llenos de Espíritu. ¡Mi querido Trifón! No voy a entretenerte contando cómo fue su vida, sino solo lo que nos atañe en este momento… lo demás, lo haré en detalle en algún otro libro.
Él alimentó mi imaginación. Fui soldado de su pequeño ejército de chicos del pueblo que, según las cualidades, él instruía. Y esto era así, pues Trifón había sido un soldado de rango en la Unión Soviética de la revolución, de la cual escapó para seguir viviendo y, luego de pasar por varios países, ancló en el campo a trabajar como administrador.
Era un hombre de vasta cultura, de familia noble, hablaba fluidamente seis idiomas y nueve dialectos.
Se alimentó espiritualmente de las dos corrientes cristianas que se vivían en su hogar; por una parte de su madre Cristiana Ortodoxa (3), y por la otra de su padre, Cristiano Católico (4). Esta diferencia dogmática que se vivía en su familia lo enriqueció a él, quedándose con la orientación Jesuítica como guía espiritual.
Este es el currículo espiritual y cultural de unos de mis maestros de la niñez en la meditación.
A él le escuché una idea que se implantó en mi corazón y que repetía con frecuencia:
LA VERDAD ES UNA Y SOLO HAY UNA RELIGIÓN,
LA DEL AMOR, PORQUE HAY UN SOLO DIOS
Si bien luego estudié varios métodos para llegar a meditar, ellos me fueron formando para ir creciendo en comprensión y aplicación gracias a otros maestros que compartieron su sabiduría y este amor por el encuentro con Dios.
Creo que esto es lo más importante de mi educación.
Podría citarte los títulos y certificados de mis estudios, así como los congresos a los que asistí, pero con el tiempo los he dejado olvidados en las cáscaras del narcisismo de las que me fui despojando en el camino a lo sagrado.
Y este es mi mensaje
Te propongo este método de meditación para que la religión que practiques, sea cual sea, no te fosilice, si no que tengas la posibilidad de tener una “experiencia espiritual” .
No encontrarás nada que pueda sustituir los efectos de la meditación en tu vida, porque te permite realinear tu mente según su estructura natural.
Las cosas vuelven a su sitio, a su modo de ser y hacer, existe un antes y un después de la meditación: ya no serás el mismo.



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Gracias a Dios y a mi ángel de la guarda, por haber puesto en mi camino a seres con tanta luz como Ustedes, con quienes estoy aprendiendo a reencontrarme con mi Padre, meditando, haciendo oración, que es una forma de reencontrarme conmigo, de volver a la senda de la que me había alejado, pero Dios, siempre estuvo allí, ESPERANDO MI REGRESO, BESOS Y DIOS LOS BENDIGA
Dios te va a seguir dando muchos dones, persevera en el camino de la luz. Bendiciones.